La crisis del COVID-19 ha conmocionado nuestra forma de trabajar. Después de este periodo inusual, los empleados tienen expectativas sobre la organización laboral, administración, políticas de recursos humanos, y futuras acciones dentro de la empresa, etc. Por lo tanto, para mantener la motivación de sus equipos, resulta fundamental una buena comunicación a todos los niveles que satisfaga las expectativas del mayor número posible de personas.
Ser claro y conciso
En toda organización que se precie, la comunicación desempeña una función crucial que regula la imagen de la empresa, tanto a nivel interno como externo. Por ello, es necesario ser lo más claros posibles para incluir un máximo de personas. Por ejemplo, dentro de un equipo, el papel y las responsabilidades de cada uno tienen que estar definidas de una manera precisa. Un miembro del equipo que no sepa lo que se espera de él tendrá más dificultad para desempeñar correctamente su tarea. El directivo tiene que encargarse de comunicar claramente el trabajo que se espera de él.
Por otra parte, también debe animar a sus colaboradores a compartir su opinión, ideas y formular críticas constructivas.
Comunicar de forma transparente
Sea que lo haga directamente el gerente en el transcurso de una reunión o a través de correo electrónico, es importante informar a los empleados de cualquier cambio. Incluso más aún en momentos de crisis. Esto demuestra la determinación que tiene la empresa o el directivo para superar las dificultades. Si la Sociedad no comunica o no es transparente, los colaboradores pueden acabar pensando, con razón, que se les oculta algo o poner en duda la solidez de la empresa. A largo plazo, una situación como esta podría convertirse en una fuente de insatisfacción y desmotivación nefasta para la empresa. Por este motivo, es importante mantener a los empleados al tanto de cualquier cambio. Esto puede realizarse mediante los “chat” habilitados entre la gerencia y los empleados, las noticias diarias de RRHH que resumen las acciones implementadas, así como reuniones semanales con los jefes para trasladarles las necesidades y dificultades del momento.
Comunicar sobre fuentes de motivación comunes
En una empresa importante, resulta complicado satisfacer los deseos de todos y cada uno de sus empleados y adaptar en consonancia sus medidas y mensajes. Sin embargo, existen ideales comunes en los que puede basarse la comunicación. Temas que, con toda seguridad, pueden suscitar pensamientos positivos. Por ejemplo, cuando la empresa ha definido bien su estrategia global y cuenta con medios concretos para llevarla a cabo, los colaboradores tomarán más consciencia de sus funciones en la organización y otorgarán más sentido a sus proyectos. Asimismo, podemos citar los planes de desarrollo profesional, la adquisición de nuevas competencias o incluso las oportunidades de movilidad como temas que pueden reforzar la motivación de un colaborador e incitarlo a implicarse en la empresa.
Promover el diálogo con su equipo
A menor escala, corresponde a los directivos la labor de promover la motivación de sus equipos. Esto conlleva una comunicación más directa para informarse de las aspiraciones de cada uno. Debe instaurarse un clima de confianza entre el directivo y su equipo. De ahí la importancia de ser transparente acerca de las dudas o problemas encontrados durante la realización de un proyecto. Las entrevistas formales son también importantes. El colaborador puede expresar libremente sus aspiraciones o inseguridades a su jefe para poder buscar soluciones de manera conjunta. El jefe tiene que definir objetivos precisos y viables para no desanimar a su equipo. Asimismo, hacemos hincapié en la utilidad de los lugares o momentos informales (aperitivo de empresa, pausa café, etc.) para establecer vínculos con sus colaboradores, aunque no siempre sean los más propicios para abordar las cuestiones más sensibles.
