
La temporada de revisiones anuales ha regresado. Este proceso, que suele generar temor a los empleados, ha adquirido una reputación que ahora obstaculiza su eficacia. Esto se debe a que los empleados cautelosos critican que las revisiones están demasiado centradas en el rendimiento, frecuentemente realizadas de manera condescendiente, con superiores juzgando en base a objetivos de productividad y metas impuestas.
Hoy en día, los empleados están pidiendo un cambio en las relaciones interpersonales, especialmente con los superiores, a través de interacciones basadas en la confianza y la responsabilidad. Desean, más que nunca, evolucionar en un entorno que tenga en cuenta las necesidades individuales.
Esta transformación en el mundo laboral impacta significativamente la revisión anual, que necesita actualizarse para convertirla en un encuentro significativo entre personas y una herramienta esencial hacia el éxito.
¿Por qué no recurrir a pruebas psicométricas específicas para facilitar esta transformación? Estas pruebas personalizan el enfoque, destacan las motivaciones individuales y ofrecen recomendaciones constructivas para mejorar la vida laboral.
Exploramos tres razones para utilizar pruebas psicométricas para conducir sus revisiones anuales de manera diferente.
1. Para definir metas personalizadas e impulsar la motivación:
Las palabras "objetivos," "rendimiento," y "desempeño" han pasado de moda, al menos entre los empleados. Antes eran los pilares de la revisión anual, pero ahora deben ser cambiados por términos más cualitativos para comprometer a los empleados hacia los objetivos comunes de la empresa.
Para alinearse con las tendencias actuales, los tests de interés son excelentes herramientas, proporcionando la coherencia necesaria entre las metas y los deseos de los empleados.
En concreto, en las revisiones anuales, los resultados de los tests de interés fomentan conversaciones sobre las tareas del año pasado, incluyendo logros, satisfacciones y posibles frustraciones.Estas pruebas permiten la redefinición mutua de tareas motivadoras para el próximo año, alineadas con los indicadores de alcance de objetivos. Para la empresa, esto significa empleados felices y productivos que disfrutan completando sus tareas.
2. Para Desarrollar las Habilidades del Mañana:
Los cambios actuales están revolucionando las profesiones y afectando las competencias que los empleados deben utilizar. Las habilidades técnicas están perdiendo relevancia en las revisiones anuales, y aquellos que no se han adaptado pronto enfrentarán dificultades. Algunos aún no están convencidos, pero las cifras hablan por sí solas: según la OCDE, una habilidad técnica ahora tiene una vida útil de 18 a 24 meses, comparada con 20 a 30 años en los años 70. Seguir evaluando estas competencias se está volviendo menos efectivo, ya que ya no garantizan el rendimiento del empleado. Es mejor utilizar un enfoque constructivo para la evaluación de competencias, evaluando si el empleado puede adaptarse a nuevas formas de trabajar.
Estas competencias, como la agilidad de aprendizaje y la adaptabilidad, se espera que sean esenciales mañana y garantizarán el éxito tanto del individuo como de la empresa. Son parte de las habilidades blandas, y la revisión anual es una oportunidad para medirlas e implementar planes de formación para perfeccionarlas, ya que se pueden desarrollar a través de la práctica y la experiencia.
3. Para Identificar Incomodidades y Buscar Soluciones Juntas:
Se ha convertido en un tema de actualidad; los empleados de todas las generaciones, aunque la Gen Z lo exprese un poco más fuerte, valoran mucho las cualidades humanas de escucha, búsqueda de sentido y realización. Para ellos, aunque parezca paradójico al principio, esta consideración del aspecto humano garantiza el compromiso laboral, ya que les da la libertad de ser ellos mismos y se satisfacen sus necesidades.
Las empresas que comprenden estas demandas y tienen interés en escuchar a sus empleados encontrarán, durante la revisión anual, una oportunidad para abordar el bienestar de cada persona y encontrar soluciones personalizadas.
Evaluaciones como el e-Estrés analizan 11 factores que suponen una fuente de estrés y tienen un impacto negativo en el trabajo, como la sobrecarga de trabajo, la monotonía en las funciones, o la falta de reconocimiento. Además, estas pruebas ayudan a identificar signos tempranos de desvinculación y sugieren medidas correctivas para establecer un equilibrio para todos.
La integración de pruebas psicométricas en la revisión anual es una valiosa oportunidad para las empresas que buscan maximizar la productividad y la retención del personal de manera diferente, mientras se centran en la satisfacción laboral. Estas herramientas permiten comprender mejor las aspiraciones y motivaciones de los empleados, fomentando así un diálogo más efectivo y metas profesionales más coherentes. Contribuyen a crear un entorno de trabajo más satisfactorio, donde se valoran los talentos de todos, se desarrollan habilidades y se alcanzan los objetivos organizacionales de manera más eficiente.