"¿Cómo estás?" Seguro que sus compañeros le hacen esta pregunta al menos una vez al día. Sin embargo, la mayoría de nosotros respondemos con un simple "Estoy bien, ¿y tú?", incluso cuando las cosas no van bien. Quizá quiera decir que le cuesta concentrarse, que se siente irritable o cansado, que incluso un simple "estoy bien" resulta molesto.
El estrés en el trabajo es habitual y, en pequeñas dosis, puede ser beneficioso. Tiene el potencial de ayudarnos a mejorar la concentración, la productividad y la motivación.
Pero si el estrés continúa, puede afectar negativamente también en la productividad, así como en la salud y el bienestar
¿Estrés bueno? ¿Estrés malo?
El estrés es la reacción del organismo ante un estímulo. A menudo considerado negativo, el estrés también puede percibirse como positivo. El estrés positivo, o eustrés, es una forma de estrés que se percibe como estimulante. Nos motiva, nos ayuda a concentrarnos, a alcanzar nuestros objetivos y a superarnos. Por ejemplo, si está estresado por una competición deportiva, este estrés puede motivarle para entrenar más duro y dar lo mejor de sí mismo.
El estrés negativo, también conocido como angustia, puede ser perjudicial para nuestro bienestar físico y mental. Nos desmotiva, nos impide concentrarnos, tomar decisiones y rendir mejor. Por ejemplo, si está estresado por una situación económica difícil, este estrés puede impedirle dormir y pensar con claridad.
El papel de la motivación en la gestión del estrés
En la motivación influyen factores como el bienestar físico y mental y la satisfacción social. En nuestra búsqueda del bienestar, nos enfrentamos inevitablemente al estrés, resultado de las expectativas que tenemos de nosotros mismos y de las que nos impone nuestro entorno.
Los estudios demuestran que las personas con un objetivo en la vida presentan en general un mayor bienestar psicológico y menos síntomas depresivos. Una fuerte motivación para alcanzar un objetivo facilita la resiliencia frente al estrés. En consecuencia, cuando las personas están muy motivadas para alcanzar sus objetivos, el estrés puede ser más fácil de superar.
La motivación desempeña un papel clave en la gestión del estrés, ya que ofrece una forma de afrontar los desafíos.
La motivación puede ayudarle a :
Desarrollar estrategias de afrontamiento: las estrategias de afrontamiento son mecanismos que utilizamos para lidiar con el estrés. Cuando está motivado, es más probable que desarrolle estrategias de afrontamiento eficaces que le ayuden a controlar el estrés.
Reducir su exposición al estrés: cuando está motivado, es más probable que tome medidas para reducir su exposición al estrés. Por ejemplo, puede aprender a decir que no a las peticiones que le estresan, o puede optar por un trabajo o un entorno laboral menos estresante.
Métodos para estimular la motivación
Hay muchas formas de aumentar la motivación. Aquí le damos algunos consejos:
Fíjese objetivos claros y alcanzables: cuando tiene metas que alcanzar, es más probable que se mantenga motivado. Los objetivos deben ser claros, específicos, medibles, alcanzables, pertinentes y con un plazo determinado.
Recompénsese por sus logros: esto le ayudará a mantenerse motivado y a sentirse bien consigo mismo. Cuando alcance un objetivo, dese una pequeña recompensa.
Rodéese de gente positiva: la gente positiva puede inspirar y motivar. Pase tiempo con gente que le apoye y crea en usted.
¡Recuerde que es posible estar motivado si toma iniciativa y se desenvuelve en su entorno con mayor confianza!
