Al contrario de lo que se suele creer, la extroversión no siempre es la clave del éxito en el trabajo. En la actualidad, muchas personas se definen como introvertidas, tanto es así que entre un tercio y la mitad de la población se considera introvertida.
Los psicólogos y entrenadores conductuales consideran la introversión como un rasgo significativo de la personalidad. Al otro extremo de la extroversión, las personas introvertidas tienden a focalizarse en su mundo interior, pensamientos, sentimientos y estados de ánimo, en lugar de intentar captar la atención de los demás en el caso de los extrovertidos. En otras palabras, mientras que los extrovertidos sacan energía en su interacción con los demás, los introvertidos tienen que invertir energía y trabajar más duro para ser gregarios. Por este motivo, confundimos a menudo la introversión con la timidez o con ser solitario, pero se trata de generalizaciones profundamente erróneas. Muchos introvertidos puede socializar sin dificultades con los demás, pero simplemente prefieren no hacerlo. Los introvertidos suelen ser más reservados e introspectivos manteniendo un puñado de relaciones estrechas, y a menudo reflexionan antes de dar su opinión..
¿Qué pueden aportar los introvertidos a la empresa?
1. Los introvertidos son reflexivos
Los introvertidos suelen tener un comportamiento muy tranquilo y reflexivo. Piensan antes de actuar, lo cual significa que son analíticos y se toman su tiempo para reflexionar sobre lo que les rodea. En las reuniones y sesiones de brainstorming, los introvertidos suelen aportar ideas sensatas, respetuosas y productivas. Esta cualidad puede resultar sumamente beneficiosa cuando el entorno laboral se vuelve tenso y estresante, ya que los introvertidos saben guardar la compostura y tienen fundamento.
2. Los introvertidos se sienten cómodos trabajando solos
Los introvertidos confían firmemente en su capacidad de autonomía y de gestionar sus propios proyectos. Esto significa que los empleados introvertidos suelen estar extremadamente motivados, no dependen de otras personas en las que inspirarse, y saben tomar la iniciativa sin consultar sistemáticamente a sus managers. Tener introvertidos independientes en el grupo confiere a su empresa una mayor facilidad a la hora de delegar tareas, así como la garantía de que sean realizadas en plazo y, por consiguiente, la posibilidad de concentrarse en otros aspectos de la productividad que requieren más atención.
3. Los introvertidos son buenos oyentes
Una buena comunicación es esencial para el éxito de cualquier lugar de trabajo, y el secreto de una buena comunicación consiste en saber escuchar a los demás. Aunque los introvertidos pueden parecer desinteresados o indecisos, está demostrado que son excelentes oyentes y extremadamente atentos con sus compañeros de trabajo, prestando siempre toda su atención a sus interlocutores. Dotados de esta habilidad, los empleados introvertidos son capaces de forjar relaciones de igual a igual con sus compañeros y están dispuestos a crear una red de equipos compenetrados.
4. Los introvertidos puede ser grandes líderes
Los introvertidos valoran formar parte de un equipo unido. En lugar de perseguir sus propias ambiciones personales, los introvertidos se centran en los objetivos de la empresa y se sienten motivados con el éxito de su equipo. Si bien, más del 60% de los altos ejecutivos de todo el mundo son extrovertidos, un estudio reciente revela que los líderes extrovertidos pueden ser un “lastre para el rendimiento de una empresa”, sobre todo si sus seguidores son también extrovertidos. Esto puede ser debido a que los individuos extrovertidos desean tanto contribuir aportando sus ideas que fracasan escuchando las iniciativas de los demás. Por otro lado, los líderes introvertidos no se sienten amenazados por los empleados proactivos y se muestran más receptivos, dando acogida a sus ideas.
5. Los introvertidos aportan un equilibrio
Los extrovertidos suelen ser abiertos y dinámicos. Buscan entablar amistades y disfrutan siendo el centro de atención, mientras que los introvertidos suelen ser todo lo contrario. Por este motivo, resulta fundamental buscar el equilibrio entre estas dos cualidades. Por ejemplo, los introvertidos reflexivos se cercioran de que determinadas ideas están siendo tomadas en cuenta por los dinámicos extrovertidos, mientras que los extrovertidos orientados a la acción infunden entusiasmo y animan a los introvertidos a socializar con los demás. Se ha demostrado que lograr este equilibrio favorece el éxito y la productividad del personal, formando una plantilla en que cada individuo se siente a gusto y tiene la oportunidad de prosperar.
Siempre que sea consciente de sus intuiciones, los introvertidos pueden representar un gran activo en su empresa. Así lo expresa Susan Cain: “Saque el máximo partido de las fortalezas de los introvertidos” – Son personas que pueden ayudarle a reflexionar, diseñar estrategias, resolver problemas complejos y detectar señales de alerta”. ¿A qué espera? ¡Ha llegado el momento de aprovechar el poder de sus empleados introvertidos!
