Soy diferente de los demás.
Por supuesto, todos somos diferentes de los demás. Pero yo lo soy todavía más. En el test de personalidad MBTI, tengo el perfil más raro: sólo el 1,5% de las personas del planeta son como yo. Lo mismo ocurre en el test de tipología AVATAR, donde me encuentro entre el 2% de perfiles menos frecuentes.
En la tipología AVATAR, soy un "inventor", o más bien una " inventista", porque para mí las palabras deben tener sentido, aunque ello implique crear otras nuevas. Esto no se le ocurriría a mi opuesto, el perfil "instructor". Para él, es más bien el pragmatismo y el sentido primario de las cosas lo que rige sus pensamientos.
No tengo absolutamente nada en común con estos "instructores". Para ellos, soy raro. Pero como forman parte del 24% de la población, tengo que aprender a tratar con ellos porque están en todas partes, en el trabajo y en la vida privada.
Tan solo tres preguntas
Hablamos de personalidad. En la tipología moderna de AVATAR, además de los "inventores", entre los que me encuentro, y los "instructores", con los que estoy aprendiendo a trabajar a pesar de nuestras diferencias, existen otros seis tipos de personalidad. Para su conocimiento, y para aquellos a los que les gusta entender el mundo como a mí, existen: benefactores, coordinadores, emprendedores, motivadores, triunfadores y partidarios.
Estos tipos de personalidad se determinan a partir de nuestras orientaciones naturales en relación tres preguntas existenciales:
- ¿Cómo gestiona su vida: controlando todo lo que esta en sus manos o siendo flexible?
- ¿Cuál es su relación con el cambio: curiosidad por explorar el mundo en todas sus facetas o tranquilidad en el confort reconfortante de una rutina diaria conocida?
- ¿Qué dirección toman sus acciones: son egocéntricas o están abiertas a los demás?
Mi perfil de "inventor" me otorga un carácter independiente. Me encanta la variedad y el cambio, y siempre estoy buscando nuevas formas de hacer las cosas. Al ser flexible y abierto al mundo, dejo que los acontecimientos se desarrollen con naturalidad y siempre tengo curiosidad por ver lo que cada situación puede enseñarme. Por último, normalmente busco que las cosas tengan sentido para mí antes de dirigirme a los demás y ayudarles a mejorar su mundo.
Dios los hace y ellos se juntan
Dada mi tipología, tengo fuertes conexiones con los "motivadores". Tenemos las mismas orientaciones sobre dos de las tres cuestiones existenciales. Me encanta trabajar con ellos porque tenemos la misma facilidad de adaptación y cada uno le da al otro el lugar que se merece. También tenemos la misma originalidad para pensar de otra manera sobre el mundo y aportar ideas innovadoras. ¡Nos entendemos de verdad! Donde más nos complementamos es en la dirección de las acciones. Mientras que mi dirección busca cumplir objetivos precisos y rigurosos, la dirección del motivador la modera para aportar dulzura y humanidad. Como resultado, nos retamos mutuamente con perfección para dar lo mejor de nosotros mismos y construir proyectos tanto originales como ambiciosos.
También tengo dos conexiones con empresarios. Somos compatibles en nuestra relación con el cambio y la dirección de nuestras acciones. En consecuencia, pensamos igual y hablamos el mismo idioma para alcanzar objetivos audaces. Sólo tengo que darles la libertad que necesitan para controlar su entorno. El empresario es a veces un poco testarudo, pero mi flexibilidad no se lo recrimino.
En consecuencia, todo el mundo tiene que esforzarse, porque de lo contrario los malentendidos o pequeños desacuerdos pueden deteriorar nuestra relación y comprometer nuestro trabajo en común. Esto es comprensible porque no funcionamos de la misma manera, no compartimos la misma visión del mundo y/o no tomamos decisiones sobre la misma base. Sin embargo, esto no impide que trabajemos juntos; sólo tenemos que ser conscientes de nuestros respectivos perfiles y aprovechar los puntos fuertes de la otra persona en aquellos elementos que nos resulten menos naturales.
Con este ejemplo personal he querido ilustrar lo que cada uno de nosotros experimenta en sus relaciones cotidianas. Ya sea una facilidad para interactuar con determinadas personas, que puede incluso llegar a la simbiosis, o, por el contrario, dificultades que crean fricciones y pueden evolucionar hacia el conflicto. Por supuesto, no es algo tan claro, ya que dependiendo de la fuerza de nuestras preferencias, pueden expresarse multitud de formas de ser. Dicho esto, al conocer mejor las tendencias naturales de cada persona sobre estos tres temas existenciales, resulta más fácil entenderse y encontrar puntos en común que faciliten nuestras relaciones.
Y tú, ¿cuál es tu tipología? O en otras palabras, ¿cuál es tu AVATAR? ¿Y quiénes son las personas con las que tienes más afinidad?
