El trabajo híbrido se ha desarrollado con gran intensidad y está obligando a las empresas a reexaminar su forma de trabajar. En consecuencia, el 65% de los profesionales de RRHH esperan grandes transformaciones en sus organizaciones este 20221, pues esta nueva forma de trabajar implica importantes remodelaciones y cambia la dinámica de las relaciones.
Es por ello que los departamentos de RRHH se enfrentan a grandes retos, como el desarrollo de las competencias necesarias para una organización híbrida y la transformación de los métodos de trabajo. Más que un equilibrio entre los diferentes lugares de trabajo, lo que está cambiando es la propia relación con el trabajo, lo que exige una revisión del significado que se le da y de la forma en que se realiza. Se trata de una verdadera ruptura con el mundo de antes que, ciertamente, puede desestabilizar pero que, sobre todo, obliga a revisar los fundamentos para estar alineados con esta nueva era.
Cambio de prioridades
Las cifras son sorprendentes. Casi una de cada tres habilidades que se necesitaban para conseguir un trabajo en 2018 ya no serán necesarias en 20222. ¿La razón? Las nuevas competencias ya han sustituido a aquellas que se demandaban hace unos años donde,los que salen perdiendo, son los conocimientos técnicos. En su día fueron los preferidos de RRHH ya que eran fáciles de evaluar y proporcionaban una medida concreta de los conocimientos profesionales del candidato. Si antes tenían una validez de 20 a 30 años, ahora su vida se limita a un año, o como mucho a 1,5 años, sobre todo, en el caso de las competencias digitales. Quedando obsoletos con tanta rapidez, ahora es más que arriesgado confiar en ellos, sobre todo, porque no nos permiten afrontar los retos actuales.
Las nuevas competencias
Reveladas por la crisis, las competencias transversales han surgido como la solución en la era de la hibridación laboral. Estas competencias son del orden de " saber estar ", " saber pensar " y " saber hacer ", pero también " saber aprender ". La mayor ventaja es que pueden utilizarse en diferentes profesiones y son válidas para todos los sectores de actividad. Por lo tanto, no forman parte del conocimiento tradicional y van más allá de las habilidades y conocimientos técnicos. Su carácter transversal tiene sentido en cuanto a la capacidad de un individuo para movilizar estas competencias correctamente, para desplegarlas en el momento adecuado y, sobre todo, para invertirlas en diferentes situaciones de su vida, tanto personal como profesional.
Estas competencias son de naturaleza híbrida, ya que están compuestas por una mezcla de rasgos de carácter, fuentes de motivación e intereses, habilidades emocionales, más conocidas como habilidades blandas, y factores cognitivos.
Veamos algunos ejemplos de competencias transversales que encontramos en nuestra vida cotidiana.
- Flexibilidad, para adaptarse fácilmente a los cambios y gestionar con calma las situaciones inciertas. También favorece el establecimiento de un equilibrio para combinar eficazmente con la hibridación del trabajo.
- Agilidad de aprendizaje, para hacer frente a la rápida obsolescencia de las competencias técnicas y evolucionar en fase con el entorno, sabiendo liberarse de los conocimientos obsoletos para renovarlos.
- La curiosidad, estar abierto al mundo, redescubrir constantemente y estar al día de los avances, yendo un paso por delante. Nos permite buscar nuevos elementos sobre los que reflexionar para encontrar soluciones originales y adecuadas.
- Confianza en sí mismo, para no estar a merced de los demás y del entorno, sino para tomar las riendas de su vida, avanzar con confianza en un clima complejo e incierto, tomar decisiones satisfactorias según la información disponible y ser autónomo en la dirección de su vida personal y profesional.
Las competencias transversales son el camino a seguir para que los RRHH reestructuren su estrategia en esta nueva era. Con poco impacto de la rápida evolución de las competencias técnicas, las profesiones descompuestas y la formación generalizable a todos, las competencias transversales también son perfectibles y tienden a ser sostenibles en el tiempo. Son la solución a las nuevas necesidades de evaluación del rendimiento.
El próximo reto para los RRHH será apropiarse de estas competencias transversales y manejarlas eficazmente, para comenzar a partir de las competencias de un individuo y generar el abanico de tareas o responsabilidades posibles para, así, satisfacer mejor las necesidades de las empresas.
