Saber escuchar a su equipo, rodearse de la gente adecuada, dar muestras de reconocimiento a sus colaboradores, proveer frecuentes feedbacks, es la receta para ganarse su confianza: la famosa serie Game of Thrones nos da una lección de liderazgo que podemos extrapolar (o no) al mundo laboral. Líderes carismáticos, estrategas visionarios y expertos en la gestión de crisis… Los héroes y heroínas de este programa han demostrado poseer verdaderas aptitudes de liderazgo a lo largo de las 8 temporadas.
Sólo quedan pocos privilegiados. Este próximo domingo se emitirá el último episodio de la serie. Sin embargo, la conquista del trono de hierro sigue causando furor. Entre los favoritos, 3 líderes carismáticos, cada uno con un estilo directivo muy peculiar: Jon Snow, Sansa Stark y Daenerys. ¡Ha llegado por fin la hora de las apuestas!
Cuidado con los spoilers del episodio 5 de la temporada 8 de Game of Thrones, a continuación:
Jon Snow, líder “protector”
Jon Snow, bastardo real, defensor del muro, resucitado milagrosamente y rey en el norte, es sin lugar a dudas, un líder nato. Su actitud benévola y directiva, incluso paternalista, despierta en su equipo un sentimiento de seguridad.
Guiar a los demás es para él la más alta de las prioridades. A cambio, espera lealtad y respeto. Traicionado por sus hermanos mientras ejerció como Lord comandante de la guardia de la noche, Jon Snow aprende a perdonar conforme van avanzando las temporadas, pero no se deja ablandar. No duda en mostrarse firme cuando es necesario.
Para convertirse en un líder respetado, Jon Snow ha optado por un liderazgo que consiste en dar el ejemplo a seguir: combatiendo en el frente junto con sus hombres, permanece en el campo de batalla hasta el final para dar su apoyo y aconsejar.
Jon Snow aprende también el arte de delegar: para perpetuar las relaciones con sus colaboradores -los salvajes,Khaleesi- deja a su hermana, Sansa Stark, al mando del Norte.
Sansa Stark, la líder «estratega»
Si al principio de la serie Sansa puede parecer ingenua, su sed de poder queda latente: a pesar de su corta edad, aspira a casarse con el sanguinario futuro Rey Joffrey. Entrenada por Cersei Lannister para controlar las complejidades del poder, y a la escucha de las lecciones de vida de Meñique, Sansa aprende rápidamente a mover sus fichas para liderar la danza del poder.
Después de haber sido manipulada y humillada, Sansa desarrolla nuevos rasgos de personalidad y se muestra despiadada con sus enemigos, sin dejar de sentir empatía y responsabilidad por el bienestar de su pueblo. Aunque desea vengarse de Cersei, es la única que pide descanso para las tropas antes de partir hacia Desembarco del Rey. No se deja cegar por su deseo de venganza. Sansa demuestra tener mucha inteligencia emocional, sin olvidar mantener la sangre fría en cualquier circunstancia.
Midiendo muy bien, tanto las debilidades de sus enemigos como las de sus aliados, Sansa se muestra visionaria, estratega y sabe adaptarse al cambio para sacar ventaja de las situaciones. Sus cualidades de consejera, sobre todo de Jon, la convierten en una líder justa y sensata.
Daenerys, líder “unificadora”
Princesa condenada al exilio, sufriendo las consecuencias de los pecados de sus ancestros Daenerys supo reunir un equipo de sabios consejeros y feroces guerreros. Madre de 3 dragones, no duda de su legitimidad para gobernar. Se mueve por una visión: liberar a los pueblos de la esclavitud. Visionaria, decidida y pragmática, Khaleesi nos da una buena lección de liderazgo consiguiendo unificar su equipo.
Rodeándose de consejeros sabios y competentes, aprovecha los conocimientos de su gente de confianza para tomar decisiones. Considera, por lo tanto, que inspirar confianza y apoyar a los individuos, favorece el espíritu de equipo y mejora el rendimiento.
Otro punto decisivo: Daenerys enseña el camino, sostiene una visión y la comparte, con el ánimo de actuar por el conjunto de su pueblo y de este modo ganarse su lealtad.
Sin embargo, en el último episodio, la Reina de los Dragones descuida un aspecto importante: mantener la sangre fría y mostrarse humilde. Parece que, conforme han ido pasando las temporadas, Daenerys ya no sabe reconocer sus errores y enmendarlos.
Su motivación, antes enfocada en el pueblo y los más desfavorecidos, se orienta ahora hacia el poder. Convirtiéndose en esa “Reina de las cenizas” que criticaba tanto, Daenerys da un giro en su carrera directiva y deja su papel de líder unificadora, atenta y asesorada por sus allegados, para pasar a desempeñar un liderazgo autocrático y unilateral. De ahí la importancia de la inteligencia emocional…
Estos tres indiscutibles líderes presentan aptitudes comunes: la benevolencia, la lealtad, la cohesión de equipo, la empatía, la inteligencia emocional… Tantas cualidades que deberían adoptar los managers de equipo en el día a día. A semejanza de Jon, Daenerys y Sansa, ¿eres un manager protector, unificador o estratega? ¿Tienes el ímpetu y la pasión necesarios para conquistar el Trono de Hierro?
