¿Se ha preguntado alguna vez por qué algunos aprenden antes que otros? ¿Por qué algunas personas aprenden un nuevo idioma en 2 o 3 meses, mientras que otras tardan un año, incluso más?
A menudo pensamos que es cuestión de talento, aptitud. Ahora bien, está al alcance de todos aprender más deprisa y con mayor eficacia. Las nuevas tecnologías nos imponen un ritmo desenfrenado y una agilidad excepcionales. Por lo tanto, para seguir siendo competitivo, es necesario asimilar nuevos conocimientos y ser capaces de aprender más deprisa.
A continuación, le facilitamos algunos consejos para desarrollar aptitudes de aprendizaje rápido y eficaz.
1. Prepárese para el aprendizaje
Adquirir una competencia, por muy básica que sea, requiere un mínimo de disciplina y preparación.
Hay normas que debe respetar. El aprendizaje acelerado exige una preparación. Se suele decir que un trabajo bien organizado está medio hecho.
Para prepararse, el autoconocimiento es la mejor arma. Todos aprendemos de forma diferente. Algunos métodos de aprendizaje funcionan mejor que otros. Conviene identificar las propias fortalezas y debilidades, haciéndose las preguntas apropiadas: ¿Estoy realmente motivado para aprender? ¿Cuál es el mejor contexto para favorecer el aprendizaje? ¿Prefiero que me orienten o confío en mi forma de hacer las cosas?
De hecho, estas son las preguntas básicas que los formadores deberían plantearse acerca de sus aprendices. La mayoría de las formaciones no son eficaces, por no adaptarse al potencial del aprendiz, ni a su comportamiento en un contexto de aprendizaje.
Por lo tanto, existen muchas herramientas que evalúan esas capacidades como, por ejemplo, los test de personalidad, intereses y motivación.
Para identificar la estrategia de aprendizaje más eficaz, tendrá que basarse en sus fortalezas: su capacidad de escucha, las ganas de aprender, su flexibilidad, sus habilidades organizativas, etc. Empiece por fijarse un objetivo e invierta toda su energía en alcanzarlo. Cuanto más motivado se sienta con este proyecto, más sólida será la adquisición de la competencia en cuestión. Así, priorice el aprendizaje de una competencia que le pueda ser de utilidad en un futuro cercano. Esto le ayudará a perseverar y mantener la motivación durante más tiempo.
2. Concéntrese sobre lo que desea aprender
El aprendizaje es una costumbre y la mayoría de las costumbres se instauran con el tiempo (seis semanas, según la ciencia).
Elija momentos de aprendizaje cortos y fáciles de incorporar a la rutina diaria. Resulta más rentable dedicar algunos minutos al día al aprendizaje que un día entero a la semana. Empiece por fragmentar la competencia que desea asimilar en un máximo posible de segmentos.
Para concentrarse en las tareas, utilice la técnica Pomodoro, que consiste en trabajar en sesiones intensivas de 25 minutos y hacer pausas de 5 a 10 minutos entre las sesiones. Nuestro cerebro tiende a establecer vínculos y asociaciones entre ideas sin que nos demos cuenta. Esta técnica permite optimizar los tiempos de pausa para asimilar mejor los conocimientos.
3. Ponga inmediatamente en práctica lo aprendido
Ante todo, recuerde que su cerebro es como un músculo y puede adaptar su desarrollo gracias a ejercicios específicos. Cuanto más practiquemos, más desarrollaremos nuestras capacidades. ¡El secreto está en practicar, practicar y practicar! Existe una técnica altamente eficaz. A lo mejor ya sabe en qué consiste: para aprender algo, basta con enseñárselo a otra persona. Coja una hoja de papel y apunte todos lo que sabe sobre lo que desea enseñar.
Haga como si tuviera que explicárselo a un niño. ¿Por qué? Precisamente, porque los niños siempre están preguntando «¿por qué?». Si sabe contestar al porqué de la cuestión, va por el buen camino. Si encuentra dificultades a la hora de explicar algunos aspectos, revise el tema y profundice el aprendizaje. Esta técnica puede aplicarse también a los ámbitos que usted piensa dominar. Lo más importante es seguir estos pasos y ser sincero con uno mismo.
El aprendizaje es un arte cuyas técnicas son fáciles de implementar, pero difíciles de cumplir. No obstante, tenga en cuenta que este aprendizaje continuo alimenta el espíritu, incrementa el potencial, desarrolla la autonomía y las competencias, y abre la puerta a nuevas oportunidades personales y profesionales.
