En un contexto de prácticas laborales cambiantes, sumándole una crisis de salud que perdura en el tiempo, se hace necesario que las empresas reinventen su política de desarrollo de talento. Esta política empresarial, que va desde la identificación del talento hasta la fidelización y el desarrollo de habilidades, debe responder a nuevos retos estratégicos para las empresas. Es probable que estos desafíos evolucionen continuamente durante los próximos meses.
Los resultados del estudio RRHH de Central Test nos han ayudado a comprender las preocupaciones de las empresas acerca de la evaluación y gestión de talentos en el 2021, así como los cambios estratégicos y operativos que contemplan.
Los cambios susceptibles de afectar sustancialmente a las prácticas de gestión de talentos por varios motivos.
- Esta crisis y los periodos de confinamiento han acelerado la digitalización de las empresas. Más allá de la necesidad de transformar las prácticas habituales, este fenómeno implica crear nuevos recursos que podrían suponer profundos cambios en la función de los RRHH.
- La constante incertidumbre inducida por la crisis ha puesto de relieve la necesidad de agilidad y reactividad en los equipos de trabajo.
- La incorporación del trabajo a distancia en las prácticas laborales conlleva un alto riesgo de desvinculación, pero también despierta la necesidad de poder contar con empleados autónomos y proactivos. Una gestión eficaz de los talentos contribuye precisamente a afianzar el compromiso de los empleados favoreciendo su autonomía.
¿Cómo adaptar su estrategia de adquisición y gestión de talentos a los desafíos del futuro?
1.Identificar de manera fiable qué competencias hacen falta y cuáles son prioritarias para su empresa
El ejercicio es complicado, pero el esfuerzo merece la pena. Para que la empresa pueda seguir siendo competitiva, los responsables de RRHH deben implementar con regularidad una política de evaluación de las competencias requeridas, con la mirada puesta en el futuro.
Esta estrategia implica tomar en cuenta la digitalización y la automatización de las profesiones, los desafíos culturales y los comportamientos futuros, pero también las deficiencias que urge subsanar.
Esta visión global es imprescindible para liderar eficazmente el proceso de cambio.
2. Dar prioridad al compromiso de los talentos y a la calidad de vida en el trabajo
En un contexto de cambio permanente que afecta negativamente al compromiso, los dispositivos de gestión de talentos y de movilidad interna constituyen valiosas herramientas. Proponer un desarrollo de talentos basado a la vez en las competencias, el potencial, pero también en las motivaciones y aspiraciones de los individuos, permite hacer del compromiso el verdadero objetivo de los RRHH.
Las empresas que sepan abarcar estos retos, proponiendo formas de trabajar razonadas y adaptadas, serán las empresas atractivas del futuro. Aquellas que se hayan atrevido a subirse en marcha al tren del cambio, capaces de garantizar la seguridad y bienestar de sus empleados.
3. Apostar por la agilidad, la reactividad y la creatividad para afrontar los nuevos retos
Hoy más que nunca, la incertidumbre forma parte del día a día de una empresa. Esta incertidumbre pone de manifiesto la necesidad de revisar el despliegue de los recursos humanos de las empresas para adaptar constantemente las competencias a las necesidades del momento.
Un comportamiento ágil implica una capacidad de adaptarse a los imprevistos y a los nuevos acontecimientos, una capacidad de tomar decisiones a pesar de la incertidumbre y la ambigüedad, así como una reactividad y creatividad que permitan gestionar la urgencia de manera apropiada, pero también una cierta proactividad en el propio desarrollo personal y profesional. En otras palabras, la agilidad no consiste en gestionar la incertidumbre generada por los cambios, sino en abrazarla y organizarse en función de ella.
Aunque todavía prevalece la incertidumbre de cara al futuro, las empresas pueden explotar el poder de la tecnología, la gestión de las competencias, la estrategia de la marca empleadora y la fuerza laboral ágil para sentar las bases de una empresa más fuerte, capaz de hacer frente a las dificultades.
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