«Conócete a ti mismo» ¿Quién no ha escuchado la famosa cita de Sócrates?
El autoconocimiento constituye, desde mi punto de vista, un pilar de la inteligencia emocional. Añadiría, incluso, que se trata del fundamento de la eficacia profesional.
Se define como el potencial que tenemos de tomar conciencia de nuestras aptitudes para desempeñar una determinada tarea, así como conocer nuestros propios límites y necesidades. Pero también se trata de un vector de autoconfianza. Veremos, por medio de distintos ejemplos, como el autoconocimiento se ha convertido en una soft-skill esencial de nuestro día a día tanto a nivel profesional como personal.
Las múltiples facetas del autoconocimiento
En un trabajo de investigación, recientemente publicado por Morin y Racy (2021), descubrimos que el autoconocimiento tiene un impacto sobre todos los aspectos de nuestra vida diaria:
"El autoconocimiento en psicología es un dato real y concreto que un individuo tiene con respecto a sí mismo. Este abarca información sobre el estado emocional, rasgos de personalidad, relaciones, rutinas comportamentales, creencias, valores, deseos, objetivos, gustos e identidad social."
Desempeña un papel esencial en la salud mental.
Según el estudio de Schaffner (2020), “el autoconocimiento desarrolla nuestra aptitud de tener vidas coherentes y enriquecedoras. Además, nos permite descubrir nuestros miedos y motivaciones, así como mejorar la gestión de nuestras emociones”.
El autoconocimiento es algo que se descubre día a día y en todos los ámbitos vitales. Contribuye a la construcción del individuo
¿Qué importancia tiene el autoconocimiento en el ámbito profesional?
El autoconocimiento es una soft-skill esencial para cualquier colaborador. Éste tiene que ser capaz de tomar decisiones de manera autónoma, estar seguro de sus acciones, ya que en ello reside su eficacia profesional. En efecto, el autoconocimiento alimenta la autoconfianza, la motivación e incluso la perseverancia.
Para ser más eficaz, el colaborador tiene que ser consciente de sus fuerzas, debilidades, así como conocer sus propios límites. En este sentido, el autoconocimiento es una buena baza para lograr ser eficaz en el ámbito profesional.
Al igual que todas las soft-skills, es algo que se puede trabajar.
¿Cómo desarrollar esta «soft-skill»?
Ya sea para desarrollar la eficacia profesional o en un proceso de desarrollo personal, es esencial tomar distancia.
Le propongo algunos ejercicios para iniciar este proceso.
Puede hacerse esta pregunta: “¿Quién soy yo intrínsecamente”? En segundo lugar, pruebe a responder a la siguiente pregunta: “¿Cómo siento que me perciben los demás?”
Para responder a la segunda pregunta, le invito a dialogar con sus familiares y compañeros de trabajo.
Existen recursos para trabajar el autoconocimiento. Puede recurrir a un test de personalidad que le permitirá desarrollar esta “soft-skill”: es una base interesante para aprender más sobre su personalidad y su predisposición natural para el desarrollo de determinadas competencias.
Un test tal como el “Perfil Pro 2”, editado por Central Test, es una excelente herramienta para evaluar el autoconocimiento. Este test proporciona información y datos valiosos para desarrollar otra soft-skill, la autoconfianza. Esta soft-skill le será muy útil tanto a nivel personal como profesional.
El autoconocimiento: un paso hacia la confianza
El autoconocimiento le permite tener una visión positiva de sí mismo y, por tanto, generar más autoconfianza. Tengo el convencimiento de que todos han sabido imponerse en un determinado momento en su entorno profesional o personal ya que dominan su campo a la perfección. Al margen de la confianza y la experiencia, el autoconocimiento desempeña un papel fundamental en el camino hacia éxito. Este autoconocimiento le permitirá confiar a ciencia cierta en su criterio y, por tanto, los demás le considerarán como una persona “de confianza” en un momento dado.
