Todos estamos en el mismo barco: nadie se libra de los fracasos y los altibajos de la vida. ¿La gran diferencia? : a los que son resilientes, les va mejor.
Ellos tienen esa fuerza de carácter que los mueve a seguir adelante en la vida a pesar de los obstáculos y los hace más fuertes. Veamos si usted es uno de ellos:
- ¿Regresas con frecuencia a heridas del pasado?
- ¿Los remordimientos forman parte de su vida cotidiana?
- ¿La nostalgia le impide disfrutar del mundo actual?
- ¿Intenta reproducir situaciones pasadas para encontrar alivio?
- ¿Necesita mucho tiempo para digerir un acontecimiento difícil?
Si ha respondido afirmativamente a dos o más de estas preguntas, es probable que su nivel de resiliencia necesite un impulso para desarrollarse y fortalecerse. Veamos primero qué es la resiliencia y pongamos en práctica nuestros tres consejos.
¿Qué significa ser resiliente?
Una persona resiliente sabe aprender de sus experiencias, incluso de las dolorosas. Mira hacia delante y se libera de las dificultades del pasado, sabiendo que no hay vuelta atrás. Asume la responsabilidad de sus fracasos y sigue confiando en el futuro. Sabe movilizar su poder para actuar en las situaciones que le preocupan y que están en sus manos cambiar y, gracias a esa actitud proactiva, percibe los retos como una formidable oportunidad para superarse a sí misma.
¿Cómo desarrollar la resiliencia?
Consejo 1: Utiliza el humor para relativizar una situación
Las personas menos resilientes a menudo tienden a darle demasiada importancia a una situación pasada. Sus pensamientos se ven consumidos por un acontecimiento difícil que les impide avanzar con tranquilidad. El humor es una herramienta excepcional para deshacerse de estos pensamientos poco constructivos. Al reírse de lo sucedido, la persona puede relativizar la situación. Esto permite a la persona ver las cosas desde otra perspectiva y dar un significado diferente a la realidad.
El humor es bueno tanto en las situaciones difíciles como en las leves, porque permite el necesario desahogo de una dificultad al ofrecer una nueva interpretación de la historia de la persona. ¿La reunión no ha ido bien? ¿Un cliente descontento se mostró agresivo con usted? ¿Fracasó la entrevista de trabajo? Encuentre la manera de reírse del suceso y restarle importancia.
Consejo 2: Pon las cosas en perspectiva
Una situación vivida como un fracaso puede desmoralizar gravemente a una persona menos resiliente y des animarla a seguir adelante. Una técnica sencilla para cambiar esta mentalidad es relativizar las cosas. El objetivo es distanciarse de la situación para replantear y relativizar su importancia. Para ello, intenta proyectarte dentro de un año y pregúntate: ¿qué importancia tendrá para ti esta situación? Y dentro de cinco años: ¿todavía la recordarás? Pregúntate también qué habrás aprendido de esta situación, es decir, piensa en el impacto positivo que habrá tenido en tu desarrollo personal y profesional. Al fin y al cabo, lo que hoy consideramos un fracaso, ¿no es una gran oportunidad de desarrollo?
Consejo 3: Practique la meditación consciente
Desde hace varios años, los estudios reivindican los beneficios de la meditación consciente. Se utiliza incluso en el mundo profesional, ya que se observan sus efectos sobre el estrés en el trabajo, la concentración, la creatividad y la resiliencia. Aunque el método requiere esfuerzo y regularidad, su principio es sencillo. Al centrarnos en el momento presente, conseguimos, con la práctica, tomar la distancia necesaria para desprendernos de las ideas negativas. Este contacto con el presente permite deshacerse poco a poco de las obsesiones del pasado y anclarse en un estado de ánimo positivo y que da poder a uno mismo.
¿Tiene curiosidad por conocer el nivel de resiliencia de sus equipos? Existen herramientas para medirla. Las más comunes son las basadas en la inteligencia emocional. Permiten ver exactamente en qué punto de la escala de resiliencia se encuentra una persona. Las puntuaciones altas indicarán una gran capacidad de resiliencia a través de la flexibilidad y la fuerza interior ante los acontecimientos de la vida. Las puntuaciones más bajas ayudarán a las personas a aprovechar todo el potencial de desarrollo de que disponen.