Seamos claros: no estamos tirando los trastos a la cabeza. Por supuesto, la experiencia profesional sigue siendo útil para evaluar el potencial de un candidato para tener éxito en un puesto de trabajo. Pero no debe tomarse al pie de la letra, como tienden a hacer muchos reclutadores. De hecho, la experiencia profesional no es muy fiable cuando se trata de predecir el rendimiento en un nuevo puesto. En cambio, las competencias interpersonales representan el 80%.
Veamos el impacto de las habilidades blandas y cómo aprovechar la experiencia pasada para predecir el éxito en el trabajo.
Cómo las competencias interpersonales determinan el rendimiento en el trabajo
En el CV de Diego resalta que ha trabajado con este programa informático durante los últimos 5 años. Louisa ha atendido llamadas en inglés y español para una empresa internacional. Y Sophia menciona haber estado a cargo de un equipo de 12 personas. Estas experiencias son sustanciales, pero ¿Cómo predicen la capacidad de estos candidatos para tener éxito en sus futuros puestos?
Cuando el software que utiliza Diego se quede obsoleto, ¿Será capaz de aprender con la rapidez suficiente para mantenerse al día? Si su futura empresa utiliza otro software, ¿Con qué rapidez y facilidad será capaz de actualizarse y adaptarse a otros programas informáticos?
Y Louisa, que parece dominar las lenguas extranjeras, sabe manejarlas teniendo en cuenta los códigos culturales de las personas con las que trata? ¿Tiene el tacto, la capacidad de escucha y la flexibilidad que le permiten adaptarse a cada individuo para crear una relación de confianza, desarrollar una red sólida o fidelizar a sus clientes?
Y Sophia, que dice poder dirigir un equipo de tamaño medio, ¿Qué sabemos de su estilo de liderazgo? ¿Es humana y benevolente, como requiere el puesto? ¿Será capaz de inspirar y ser sensible a los problemas actuales para unir a un equipo multigeneracional? ¿Es capaz de desplegar las nuevas habilidades que se esperan de un directivo, como la empatía, la disponibilidad y el coraje directivo?
Habilidades blandas: una respuesta a la nueva realidad
Los reclutadores deben cambiar su enfoque. El mundo laboral está experimentando un cambio sin precedentes, lo que está repercutiendo en la forma de contratar. Antes se solía considerar la experiencia profesional de un candidato en función de lo que ya había adquirido: dominar programas informáticos, hablar varios idiomas, saber gestionar. Hoy esto ya no es posible.
Por un lado, las competencias técnicas se quedan rápidamente obsoletas. Ya no se trata de saber con qué software, método o técnica está familiarizada una persona, sino de si es capaz de mantenerse al día de los avances en su campo.
Por otra parte, los cambios en el mundo laboral, que podemos prever que continuarán, exigen no sólo la capacidad de adaptarse al propio puesto de trabajo, a un equipo y a una empresa, sino más en general a este mundo laboral complejo y cambiante. Esto significa estar abierto y entender lo que está pasando, comprender los retos de este mundo y adaptarse a ellos.
Así pues, además de las competencias técnicas que se quedan obsoletas con demasiada rapidez, los responsables de la contratación deben estar atentos para evaluar las competencias interpersonales necesarias para el éxito global de su candidato, como la capacidad de adaptación al cambio, la capacidad de autoevaluación y el deseo constante de mejorar, la apertura a la diversidad de las personas y los métodos de trabajo, y la resiliencia ante los azares de la vida.
En resumen, la experiencia profesional por sí sola sirve de poco para predecir el éxito profesional. Por el contrario, esta experiencia debe servir para identificar las competencias interpersonales que el candidato ha sabido movilizar y que podrá transferir a su nuevo puesto. Además, en este mundo cambiante en el que los perfiles atípicos se están convirtiendo en la norma, está surgiendo una forma diferente de contratar.
