Hoy podemos procesar cantidades asombrosas de datos en tiempos increíblemente breves. La tecnología, cada vez más potente, ya no se contenta con tareas simples y repetitivas, sino que asume tareas antes reservadas a las mentes más instruidas. Está claro que las habilidades que antes se valoraban y buscaban están perdiendo su relevancia. Las habilidades que siguen en liza son las que complementan a la tecnología y nos hacen humanos.
En este último artículo de nuestra serie sobre las habilidades del futuro, exploramos la importancia de las relaciones humanas, cómo medirlas y cómo desarrollarlas para asegurar nuestro lugar en este futuro en el que la tecnología está cada vez más afianzada.
¿Por qué son cruciales las relaciones humanas?
Periodistas, abogados, contables, médicos... todas las profesiones cualificadas se ven ahora afectadas por el auge de la inteligencia artificial. Por ejemplo, un cardiólogo estadounidense se dejó tentar por el famoso ChatGPT, argumentando que quería probar la supuesta potencia de sus habilidades. No quedó decepcionado, ya que el software tardó sólo unos segundos en sugerir un tratamiento adecuado, basándose en el historial médico de un paciente y en una lista de síntomas... el mismo tratamiento que el equipo médico había definido tras deliberar en equipo. ¿Coincidencia? Tal vez no, ya que el médico en cuestión probó el experimento con otros pacientes, y cada vez ChatGPT sugirió el mismo tratamiento.
Tenga la seguridad de que estos puestos de trabajo, recientemente afectados por la IA, no están -por el momento- en vías de extinción. Dicho esto, la forma en que se lleven a cabo será sin duda diferente. Porque si los conocimientos y habilidades asociados a la materia gris son en parte intercambiados por algoritmos, otras habilidades, menos vulnerables a la tecnología, serán más demandadas.
Se buscan habilidades humanas como la empatía, la cooperación, la benevolencia y el tacto para complementar el trabajo de la IA. Si tomamos el ejemplo del diagnóstico médico, en el que ChatGPT es capaz de sugerir tratamientos adecuados, los humanos siguen estando mejor situados que los robots para informar a los pacientes y ayudarles a superar su enfermedad. Los humanos saben cómo crear un vínculo con los demás, también saben cómo entender, interpretar y gestionar el lado emocional de las cosas, y permiten que los pacientes se sientan comprendidos y apoyados escuchando y estando presentes.
Estas capacidades humanas se demandan en muchas profesiones. Por ejemplo, las cajas informatizadas forman parte del paisaje comercial desde hace varios años. Aunque se aprecian los procedimientos de pedido, la rapidez de la caja y la facilidad de pago, los usuarios lamentan la pérdida de contacto humano. Por esta razón, hace unos años se introdujeron las "blabla caisses". Su objetivo es sencillo: recrear un vínculo social permitiendo a quienes lo sientan necesario tomarse el tiempo de charlar con la cajera, sin la presión de tener que darse prisa.
¿Cómo se miden las habilidades interpersonales?
Las habilidades humanas pueden medirse durante una entrevista estructurada, formulando preguntas sobre resolución de conflictos, empatía, colaboración, tacto y gestión de la diversidad. Debe pedirse a los candidatos que aporten ejemplos concretos de su experiencia pasada. Estas entrevistas pueden reforzarse con ejercicios en grupo para analizar estas aptitudes con mayor profundidad. Los ejercicios de role-playing a realizar en equipo permiten observar cómo los candidatos escuchan, interactúan y se integran en un grupo.
Los tests psicométricos siempre triunfan cuando se trata de evaluar competencias. En el caso de las relaciones humanas, los tests de personalidad basados en los Cinco Grandes pondrán de relieve rasgos como la simpatía, la extroversión y la apertura mental. Los tests de inteligencia emocional analizan la empatía, la resolución de conflictos, la gestión de la diversidad y la asertividad.
Por último, un método más reciente y de gran impacto para revelar las habilidades humanas de un candidato de una forma diferente es el Feedback 360. Se trata de pedir a entre 8 y 12 personas que han trabajado estrechamente con el candidato que evalúen sus habilidades. Consiste en pedir a entre 8 y 12 personas que hayan trabajado estrechamente con el candidato que evalúen sus aptitudes. A continuación se genera un informe anónimo que combina todas las respuestas y se utiliza para analizar los puntos fuertes y débiles del candidato.
¿Cómo desarrollar las habilidades interpersonales?
Practicar la escucha empática
Los consejos para desarrollar el don de gentes suelen ser sencillos, pero ponerlos en práctica puede cambiar profundamente la calidad de las relaciones. Para trabajar la empatía, basta con escuchar a los que te rodean con regularidad. Tu interés debe ser sincero y centrado en la otra persona, sin juzgarla por su experiencia o sus valores. No dudes en centrar la conversación en las emociones preguntando a la persona cómo se siente o cómo ha vivido la situación. El objetivo de estas conversaciones no es resolver problemas, sino crear y reforzar vínculos y permitir que la otra persona se sienta escuchada y comprendida.
Tener en cuenta las diferencias interculturales
El español se habla en muchos países, pero algunas expresiones significan cosas distintas en culturas diferentes. Un simple "hola" o "bienvenido", ya sea en México o en España, puede resultar confuso. Además de estas diferencias lingüísticas, puede haber malentendidos más insidiosos en cuanto a actitudes o comportamientos. Por ejemplo, una sonrisa se interpreta de forma diferente en Norteamérica, Francia o Japón. La colaboración multicultural está cada vez más presente en el lugar de trabajo, y se anima a todos a mostrar cooperación y apertura para facilitar estas relaciones. En lugar de limitarnos a creer que "nuestra" expresión o comportamiento es el mejor, es más ventajoso considerar la diversidad como un activo y un generador de progreso adoptando una actitud de apertura, marcada por la curiosidad.
Y por último, lo que también diferenciará fuertemente al individuo de la máquina, pero sobre todo a los individuos entre sí, son las habilidades locas. Son las aptitudes originales que distinguen a un candidato. Provienen de la carrera profesional de una persona, pero también de su vida privada, a través de aficiones, trabajo voluntario o práctica intensiva de un deporte. En el caso del deporte, son el rigor y la disciplina, pero también el espíritu de equipo y la cooperación los que salen a relucir. O los que han viajado largas distancias pueden mostrar sus habilidades interculturales, su capacidad de adaptación y su apertura al mundo. Con la IA, las empresas necesitan perfiles que destaquen sobre los demás, que aporten valor, que sepan ser resistentes, pero también versátiles, adaptables y, sobre todo, humanos. Porque a medida que la IA se hace cargo de las tareas técnicas, restándoselas al empleado, es el elemento humano el que sigue predominando, y el que hay que valorar.
